Lo ideal es esperar de 4 a 6 semanas, si el parto fue natural, para iniciar una rutina de ejercicios, y si fue por cesárea, lo prudente es de 8 a 12. Sin embargo, la decisión final la tendrá el ginecólogo.
Nada de ejercicios aeróbicos de alto impacto o abdominales de fuerte intensidad.
El programa de entrenamiento debe ser moderado. Poco a poco se irá aumentando la intensidad y dificultad.
Se debe empezar con trabajos de entrenamiento muscular (pesas de poco peso) y con rutinas de yoga.
Olvídate de las dietas drásticas y las rutinas extenuantes.
Tanto para el desayuno, almuerzo o cena, las porciones deben ser de acuerdo con el peso ideal y no con el peso actual. Y, para las meriendas, optar por yogur, almendras o nueces, por el aporte de calcio.
La lactancia no es un momento oportuno para querer seguir una dieta de adelgazamiento. Por el contrario, dar el pecho ayuda a recuperar el peso con mayor facilidad, ya que la producción de leche exige la utilización de las reservas de grasas almacenadas durante el embarazo.
Fuente: Programa Mamys Gold´s de Gold´s Gym